jueves, 26 de noviembre de 2009

Fats Domino (1960)





















Nunca ha dejado de sorprenderme la incapacidad de tantos para conectar con, globalmente, el R&B de los años 50, pero, si nos ceñimos al ritmo y blues propio de New Orleans, mi incomprensión referida a este hecho (la ausencia de vibración interior mientras suena uno de aquellos discos) ya es absoluta. ¡Si, por favor, nos hallamos ante un verdadero milagro, la música festiva que mayor alegría y más pronunciadas ganas de vivir contagia! Nada le puede ser comparable en el logro inmediato de la felicidad del oyente.

Que no tiene su aura/leyenda de oscuridad, malditismo y excesos, pues es cierto. Que, desde los medios, no ha sido vendido como "arte" para el consumo de estudiantes universitarios, pues, de nuevo, efectivamente. Aunque ¿quién necesita de eso para disfrutar como un niño, regresando a un estado espiritual de inocencia, con Ain't That A Shame, Don't You Just Know It, Sea Cruise y A Certain Girl? Yo, no. Y mis amigos Paloma y Varo, tampoco. The Crescent City rules.

En el caso de Antoine Domino (la figura más popular de esta tradición), me temo que, en España, nos hemos quedado con un CD recopilatorio, si es que nos hemos quedado con algo (que ésa ya es otra). No es una personalidad que el canon de la vergüenza y quienes han asentido a viles tejemanejes asocien a determinados álbumes formidables, unos cuantos, editados a su nombre.

Al completo, su obra de 1949-1962 mantuvo una línea de regularidad en lo que a su gran nivel se refiere, y no pudo ser de otro modo teniendo como aliados al genio Dave Bartholomew, arreglista y productor, y a los excepcionales instrumentistas de sesión habituales en los estudios de Cosimo Matassa (Herb Hardesty, Lee Allen, Alvin "Red" Tyler, Frank Fields, Earl Palmer...). Es muestra de amor por el Rock & Roll recordar el trabajo de estos gigantes afroamericanos a la sombra, de los que, en Europa, muchos musiqueros lo ignoran todo.

Del mágico disco de hoy, raramente elogiado, yo destacaría, por encima del muy sólido resto, dos piezas: la encantadora My Girl Josephine, una invitación al baile preñada de simpatía, que ejemplifica las exuberantes virtudes del sonido de Fats, y, naturalmente, la emocionante Walking To New Orleans. Tras haber visto varias veces el devastador documental que, realizado por Spike Lee, se ocupó de la tragedia del Katrina, When The Levees Broke: A Requiem In Four Acts (2006), este último corte yo ya no sé escucharlo sin ponerme a llorar.

Que Dios bendiga a todos y cada uno de los habitantes de la ciudad de Nueva Orleans. Sobre su música, que es también su obsequio trascendente a la humanidad, volveremos a escribir.

LP:
Fats Domino / ...A Lot Of Dominos! / 1960 Imperial

Objeto de reedición, junto al largo Here He Comes Again! (Imperial/Liberty, 1963), en un lanzamiento 2-en-1 que en 2001 publicó EMI.

Enlaces en YouTube (canciones My Girl Josephine y Walking To New Orleans):
http://www.youtube.com/watch?v=LztbPQb_P9w

http://www.youtube.com/watch?v=SjX1vFk384s

MP3:
http://www.amazon.co.uk/Here-Comes-Again-Lot-Dominos/dp/B001J61Y4A/ref=sr_shvl_album_1?ie=UTF8&qid=1259296644&sr=301-1

http://www.play.com/Music/MP3-Download-Album/4-/3913969/Here-He-Comes-Again-A-Lot-Of-Dominos/Product.html?cur=257